lunes, 1 de noviembre de 2010

El Colera en Haití

En Haití se sigue propagando el cólera, ahora se nos anuncia que llega a Puerto Príncipe.

Tras el terremoto del pasado 12 de Enero la epidemia de cólera ha causado unas 250 muertes y 4.659 hospitalizaciones. Ahora se han confirmado cinco casos en la capital, que no lo consideran un nuevo foco infeccioso de la epidemia porque estas personas llegaban de regiones ya afectadas.

Los afectados por el seísmo viven en campamentos desde hace diez meses sobre todo cerca de la capital. Las condiciones de vida son muy precarias, teniendo en cuenta que Haití es el país más pobre de América y que la poca infraestructura que poseía quedó destruida tras el seísmo.

La trasmisión de la enfermedad se produce por el agua y comida contaminada, por lo que se pide a los ciudadanos que tomen agua y comida hervida, que se laven las manos frecuentemente y no coman verduras crudas.

La operación de emergencia sanitaria se centra en las zonas rurales a orillas del río Artibonite y una semana después de que se detectaron los nuevos casos, no se sabe el origen de la enfermedad.

En la provincia de Artibonite un director de hospital informó ayer a los periodistas que: "aunque los casos registrados y nuevos ingresos han disminuido, no podemos decir que está estabilizada pues cada día son dados de alta 20 pacientes pero ingresan otros 20 por lo que aún no hay nada ganado".

Se sabe cómo prevenir el cólera, con antibióticos, purificando el agua, distribuyendo productos de higiene. Las autoridades tienen reservas para unos 100.000 infectados.

El temor sin embargo se centra por la llegada de las lluvias a los campos de refugiados, así que nueve meses después, otro miedo azota a Haití, ya que las condiciones sanitarias deficientes de la isla pueden hacer endémica la enfermedad.

Para mí la situación es catastrófica y esas pobres personas que sufren con mucha resignación todo esto, tienen unas vidas muy duras. Me parece que toda ayuda es poca pero las circunstancias hacen que hasta los sanitarios y voluntarios teman por lo que les pueda ocurrir.

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